Un joven fue asesinado hoy de un balazo a la altura del tórax durante una pelea en la vía pública en la localidad mendocina de Malargüe. Por el hecho fueron separados y aprehendidos por la Justicia local cuatro policías hasta determinar si tuvieron alguna responsabilidad en el caso.
La víctima fue identificada como Kevin Nahir González Ejea, de 20 años, precisó la agencia Télam. El joven falleció esta madrugada de un disparo a la altura del tórax durante una pelea en el cruce de las calles Anglat y Villanueva, en la localidad de Malargüe, a unos 180 kilómetros de la capital provincial.
De acuerdo a los primeros datos recabados por la investigación, todo ocurrió cerca de las 2.40 de este viernes cuando un grupo de jóvenes peleaba en la vía pública y se escucharon detonaciones de arma de fuego por lo que vecinos dieron aviso a la línea de emergencia 911.
Un móvil de Cuerpos Especiales se desplazó hasta la zona y dieron cuenta por radio que en el lugar había una pelea entre varios hombres que al identificar el móvil comenzaron a arrojarle piedras. Los efectivos que arribaron al lugar, ante esta situación, decidieron repeler la agresión con armas largas.
Otro móvil de apoyo llegó al lugar y reportó que las personas que participaban de la pelea se habían marchado y que había un herido por arma de fuego, cuyos familiares lo subieron a un auto particular y lo trasladaron hasta un hospital cercano.
Médicos de la guardia asistieron al joven y constataron su fallecimiento a causa de “una herida de arma de fuego con orificio de entrada en neumotórax izquierdo y orificio de salida dorso lumbar”, indicaron las autoridades sanitarias.
Por su parte, la fiscalía de turno dispuso que personal policial busque e individualice en una plaza cercana a las personas que participaron de la riña para obtener más datos que esclarezcan el hecho.
Una vez allí las personas reaccionaron ante la presencia policial y decidieron no aportar datos y se fueron del lugar, en tanto la policía secuestró algunos elementos tales como una manopla y un par de “chuzas”, según indicaron las fuentes a la agencia.
En este contexto y ante la presencia de un crimen en el que pudo haber participación de personal policial, el jefe distrital, comisario inspector Pablo Domínguez, dio aviso al titular de la Inspección General de Seguridad (IGS), Marcelo Puertas.
La investigación, a nivel judicial, quedó a cargo del fiscal Javier Giaroli, quien dispuso que los primeros efectivos que llegaron al lugar sean separados y aprehendidos y sus armas secuestradas para peritajes, en tanto se avance en la investigación sobre la muerte del joven.
La policía de Cuerpos Especiales manifestó espontáneamente al jefe de investigaciones y luego al Ayudante Fiscal que había sido ella quien le disparó a la víctima. En estado de shock la mujer admitió haber accionado su arma reglamentaria y entregó a los investigadores una vaina que tenía en el bolsillo que se realice el cotejo correspondiente.
Por directivas del ayudante Fiscal, además del secuestro de las armas de los cuatro uniformados para ser periciadas, también solicitó los videos de los móviles policiales y de las cámaras de seguridad del CEO.
