Un desafío importante, y un motivo mucho más que especial, se concretó por parte de un grupo de expedicionarios liderados por Rubén Bergaglio, quienes decidieron organizar la subida al cerro insigne de los departamentos del sur, de 3860 msnm, luego de once años que se colocara la denominada “cápsula del tiempo”, en la cima del mismo.
“Colocamos un cubículo cerrado, impermeable, con mucha seguridad por la humedad, con la expectativa de que sea abierto en el bicentenario de la patria, y en ese momento fuimos elegidos en san Rafael para llevar a cabo este desafío por la provincia”, recordó Bargaglio, señalando también que hubo una actividad similar en cada provincia, que constaba en invitar a todo aquel que quisiera dejar un testimonio de sus ambiciones, sueños y esperanzas para el tri centenario del 2111, y que fueran hallados allí por alguien que lógicamente no seremos ninguno de nosotros, ni nuestros hijos y tal vez algún nieto.
Contó por otro lado, que se logró reunir voluntarios para subir al cerro llevando los testimonios, y se juntaron cuatro escuelas para que los chicos pusieran sus notas en la cápsula. “Casualmente en estos días vinieron los padres de una de las niñas que participó en ese momento, hoy una profesional de abogacía, que puso su testimonio”, agregó.
Más adelante Bergaglio indicó que fueron casi 40 personas las que fueron el fin de semana, no todos a participar de la caminata, sino que algunos en cuatris o en camionetas, y sobre la cápsula dijo que “estaba bien”, y que sólo se controló el espacio en el que se encuentra depositada, no obstante observaron que hubo un pequeño movimiento en estos tres años que no se realizó el control por la pandemia, seguramente por el deslizamiento del acarreo de la montaña, la nieve en la montaña, pero nada de qué preocuparse, y se conserva perfectamente”.
“Yo deseo que esto se transforme en un clásico ir todos los años a realizar el control de la cápsula, y que alguien más adelante tome la posta de esta inquietud y que año tras año se lo haga hasta que se cumpla el plazo para bajarla y ver los testimonios dejados por las generaciones pasadas”, afirmó.
Bergaglio reseñó que comenzaron la subida con dos grados de temperatura, cerca de las 9 de la mañana, con mucho viento de caso 80km/h, que en algunos tramos de la ruta de ascenso lo tenían de frente, y más arriba hubo nevisca del lado oeste, que casi no advertían, sólo cuando llegaban algunos copos de los que pasaba en la otra cara del cerro.
Una vez que llegaron a la cumbre, estaba todo bien, sin viento y celebraron, escribieron el libro de cumbre y después emprendieron el descenso con un clima mucho más favorable.
