Se trata de una decisión vinculada a una de las consecuencias que generó la pandemia, con dos años de virtualidad que a muchos alumnos afectó a la hora de escribir de manera correcta.
El buen aprendizaje de la escritura requiere de la integración de factores, como la motricidad gruesa y fina, la lateralidad, el buen agarre escritural y la postura, y una correcta organización espacial, que se adoptan con actividades que los docentes efectúan junto a los “peques”.
Los índices de dificultad en la escritura han aumentado en gran medida en los últimos años. Por ese motivo se ha creado la línea telefónica gratuita 260-4-027336, que funciona de 9 a 13 horas, y está destinada a todos los docentes que requieran ayuda en sus aulas.
Está destinado a maestras jardineras, de educación primaria y profesores y profesoras de nivel secundario y educación para adultos.
Los docentes van a llamar a ese número de teléfono, llenarán un formulario, enviarán la escritura de sus alumnos y las especialistas la analizarán. En función de lo que se detecte, se brindarán herramientas para trabajar en el aula o se aconsejará la derivación a un profesional.
La especialista en grafología, Natalia Acosta, integrante de Educación del Municipio, explicó que “hoy nos encontramos con niños de 8 años que, tras la pandemia, han adquirido una mala automatización de la escritura, lo que hace imprescindible un abordaje inmediato para ayudarlos en su etapa escolar”.
Añadió que “si un aprendizaje no se realiza de manera correcta, puede generar en el niño mala caligrafía, cansancio al escribir, dificultades en la copia de la pizarra y - en algunos casos - escritura ilegible y disgrafía motriz.
