Dinamarca y Túnez no pasaron del empate a cero en su debut en el Mundial. La semifinalista de la Eurocopa ha pinchado en estreno en Qatar frente a una Túnez que plantó batalla ante un equipo llamado a pelear con Francia por la primera plaza del grupo D. Sin embargo, este resultado complica seriamente las opciones del conjunto que dirige Kasper Hjulmand de luchar por esa primera posición.
Hubo una parte para cada equipo. En la primera mitad, Túnez fue superior a Dinamarca e incluso tuvo ocasiones para estrenar el marcador pero Kasper Schmeichel se esforzó para evitar que eso sucediera. Además, les anularon un gol por fuera de juego de su delantero Issam Jebali. Los nórdicos sobrevivieron como pudieron ante los arreones del cuadro africano.
La lesión de Delaney, una de las estrellas del conjunto danés, condicionó mucho a los Hjulmand pero tras el paso por vestuarios, Dinamarca, reaccionó y se lanzó al ataque. A los 16 minutos de juego Skov Olsen veía como el árbitro anulaba su gol por un fuera de juego claro de Damsgaard. El partido fue una lucha constante entre ambos equipos, a Túnez le empezaban a fallar las fuerzas en los segundos 45 minutos aunque también tuvieron sus ocasiones.
Sin duda, la más clara del segundo tiempo la tuvo Dinamarca tras un remate de Christensen al que no llega a rematar bien Cornelius en la misma línea de gol. Casi en la última jugada del choque, el árbitro tuvo que ir al VAR a revisar un posible penalti pero al final se quedó en nada y el 0-0 se convirtió en el resultado final.
El equipo tunecino salió de inicio con una formación de 3-6-1 sobre el papel con Issam Jebali como única referencia ofensiva. El delantero que milita en el Odense de la Superliga de Dinamarca fue un quebradero de cabeza para la zaga danesa, incluso le anularon un tanto en la primera mitad. Los pupilos de Jalal Kadri pusieron contra las cuerdas a la semifinalista de la Eurocopa, obligando a Schmeichel a hacer una de las paradas del campeonato precisamente al propio Jebali.
El conjunto danés también saltó al césped con una formación de 3-6-1 sobre el papel, con Eriksen y Dolberg como principales armas ofensivas del equipo. En la primera mitad, los de Kasper Hjulmand resistieron ante los ataques de una Tunez que comenzó muy fuerte gracias a la actuación de Kasper Schmeichel. Tras el descanso, el partido cambió. Dinamarca salió con otra cara tras su paso por vestuarios y empezaron a acercarse a la portería de Aymen Dahmen, incluso les anularon un gol por fuera de juego.
