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El peso argentino cumplió 31 años: cuánto se devaluó frente al dólar en estas tres décadas
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El peso argentino cumplió 31 años: cuánto se devaluó frente al dólar en estas tres décadas

La moneda argentina de uso actual, el peso, cumplió 31 años este primero de enero. Nació el primer día del año 1992, con el Decreto 2.128, que estableció el llamado “Plan de Convertibilidad”. Así comenzó su historia. Mucho se habla del deterioro de su valor y de cómo se devaluó a lo largo de su vida, pero los economistas advierten que una moneda nacional no es un elemento unidimensional. Hay que analizar sus distintas facetas para saber realmente cómo le fue en estas más de tres décadas de vida.

Y es que, tal como describe a Ámbito Nicolás Zeolla, economista jefe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), “cuando se habla de moneda nacional, se hace referencia a los tres roles que tiene: como unidad de cuenta, como medio de cambio y como reserva de valor”. Explica que todos ellos constituyen al peso “como instrumento del Estado y del ejercicio de la política económica" y es también la base del régimen cambiario y bancario nacional.

Sin embargo, esta característica de instrumento de política monetaria no fue tal en los inicios de peso, que -en palabras de Zeolla- “nació con un régimen de convertibilidad muy estricto, casi dolarizado, con cuentas a la vista en dólares y un Banco Central (BCRA) sin poder emitir”.

31 años del peso: un poco de historia
Lo cierto es que, tras muchos vaivenes monetarios, luego de una etapa de hiperinflación que se vivió en la década de 1980, que alcanzó índices de 764% en mayo de 1989, el gobierno de Carlos Saúl Menem instauró, en 1992, el peso en reemplazo del Austral (10.000 australes equivalían a un peso, por lo que se le quitaron cuatro ceros a la moneda) y aprobó la Ley 23.928 (de Convertibilidad) que determinó la equivalencia entre un peso y un dólar.

Luego, a partir de 2002, recuperó una de las características importantes de la moneda: la de flotación cambiaria y el rol de instrumento de financiamiento del Estado, aunque con la herencia del "corralito". Pero, a partir de 2007, comenzó a sentirse de manera mucho más fuerte una tendencia inflacionaria y es por eso que, desde 2011 entraron en vigencia los controles cambiarios, que con el tiempo se volvieron más estrictos cada vez, aunque con un período de desregulación cambiaria que se dio desde 2016 a 2019, que llevó a una nueva crisis monetaria, que se intenta revertir desde hace tres años en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Podemos afirmar que $10 de enero de 1992 serían equivalentes a $1.000 de ahora. Las consecutivas escaladas inflacionarias generaron una devaluación de casi el 100% del valor para el peso”, describe el economista Fabián Medina.

Cómo deterioró la inflación al peso
Y, esto es reflejo de que, tal como apunta el director de Analytica Claudio Caprarulo, “dado que en los últimos siete años tuvimos una inflación de 1500%, se deterioraron las funciones mencionadas del peso” de la siguiente manera:

Explica que el rol como medio de pago es el menos deteriorado, quizás, porque el Gobierno recauda en pesos y eso siempre fija un nivel muy alto de utilización de la moneda y de aceptación, pero lo cierto es que el peso vale cada vez menos y eso nos lleva a vivir en una economía bimonetaria de hecho.
Y en ese sentido, apunta que, “el rol como unidad de cuenta empieza a deteriorarse porque muchos bienes empiezan a cotizarse en dólares”, tales como el mercado de propiedades, que está dolarizado, al igual que los de otros bienes durables, como los autos, las embarcaciones y algunos servicios profesionales. Eso hace que el dólar compita con el peso como unidad de cuenta en Argentina.
Finalmente, Caprarulo menciona que “estamos terminando el año con una inflación cercana al 100% y que estos niveles de suba de precios le hacen perder al peso la característica de reserva de valor que debería tener, lo que alienta una economía bimonetaria porque la gente ahorra principalmente en dólares”.
La Convertibilidad, ¿origen del bimonetarismo?
Así, para Zeolla, un gran problema del peso es que “nunca pudo revertir el elevado peso de la construcción bimonetarista de la década de 1990”. Para él, ese es el origen del rol preponderante que el dólar tiene en la actualidad en el ahorro minorista y el sector inmobiliario.

En un sentido similar opina Medina cuando sostiene que, desde enero de 1992 hasta ahora, el peso hubiera tenido mejor performance si no hubiera existido la Ley de Convertibilidad, creada como un mecanismo para reprimir la inflación, hasta enero de 2002, porque considera que, en ese caso “hubiera tenido una dinámica mucho más tranquila y clara y no grandes saltos devaluatorios como hemos visto”.

Sin embargo, destaca que el peso “aún es tranzable y recuperable”. Aunque, para ello, considera esencial mejorar los niveles de inflación actuales, en torno al 96% anual.

Asimismo, Zeolla considera que ciertas políticas han promovido la dolarización privada, tales como las devaluaciones. Y señala que “la principal tarea pendiente es la mayor pesificación del ahorro y las transacciones”.


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