Este martes se disputó el duelo de ida por los octavos de final de la Champions League entre Liverpool y Real Madrid, y, en este encuentro, los arqueros de ambos equipos sufrieron goles insólitos, en los que tuvieron la mayor responsabilidad. El belga Thibaut Courtois, que ataja en el conjunto español, y el brasileño Alisson Becker, que defiende el arco del cuadro inglés, pagaron caras decisiones riesgosas en el estadio de Anfield Road, donde el conjunto español se impuso por 5-2 luego de estar perdiendo por 2-0 antes del primer cuarto de hora.
A los 14 minutos, Courtois fue protagonista del primer blooper: ya con el encuentro 1-0 en favor de Liverpool, recibió un pase atrás de Dani Carvajal, paró la pelota con el pecho e intentó controlarla, pero enseguida se complicó. Ante el asedio de Mohamed Salah, el arquero merengue se distrajo, el balón le dio en la rodilla derecha cuando iba a lanzar el zurdazo y le quedó servido al egipcio, que no perdonó y marcó el segundo tanto.
La falla de Courtois y el gol de Salah
Como si una equivocación grosera no fuera suficiente en un duelo entre dos gigantes del fútbol europeo, la ventaja de Liverpool se terminó a los 36 de esa etapa inicial en una acción que tuvo cierta similitud en el otro arco. Esta vez, el inglés Joe Gómez fue a proteger una pelota larga como último hombre ante la presión de Vinícius Júnior y eligió tocar hacia atrás hacia Alisson, que intentó despejar de primera: su rechazo pegó justo en su compatriota. El rebote finalmente se elevó hacia el arco y se convirtió en el empate parcial en dos tantos.
El error de Alisson y el segundo gol de Vinícius
Ya en la segunda etapa, el conjunto merengue continuó su remontada hasta pasar al frente y ofrecer un show de goles. Y eso incluyó otro tanto con algo de ¿suerte? En busca del 4-2, un tiro de Karim Benzema dio en Gómez, descolocó a Alisson y se metió, sin posibilidad de reaccionar para el arquero local.
El ganador de esta serie se definirá el 15 de marzo próximo, cuando Real Madrid reciba a Liverpool en el Santiago Bernabéu. Los ingleses están obligados a vencer por tres goles de diferencia para llegar a los penales y por cuatro para concretar la hazaña de eliminar a los españoles.
