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El efecto espejo y la estructura de los cuatro frentes que competirán en Mendoza
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El efecto espejo y la estructura de los cuatro frentes que competirán en Mendoza

En la noche de este último miércoles, terminó una de las etapas más importantes y densas del proceso electoral. Los partidos políticos presentaron la arquitectura electoral con la que buscarán competir en las elecciones provinciales del 2023, donde se definirá el poder de Mendoza. En las PASO de junio y las generales de septiembre habrá cuatro frentes electorales formados por más de 30 partidos y agrupaciones. A ellos se le sumarán otras fuerzas políticas que irá solas por lo que la diversidad de candidatos será amplia.

En la arquitectura presentada en la Junta Electoral hay planos de estructuras similares y esa es la principal novedad. La ruptura de Cambia Mendoza generó que haya un frente que tiene un efecto espejo con La Unión por Mendoza, el nuevo sector encabezado por Omar De Marchi. Incluso llega al punto absurdo de que hay dos partidos que están inscriptos en los dos frentes y deberán dirimir judicialmente quién se queda con ellos. Es lo que ocurre con el Pro, que fue inscripto por los interventores en Cambia Mendoza y con la firma de Álvaro Martínez también fue anotado en La Unión por Mendoza. El pequeño partido Fe tiene más demandas que nunca y también fue anotado en los dos frentes.

El peronismo local logró tener más unidad de la esperada con su frente Elegí, aunque hay guiños hacia afuera de la estructura partidaria, como lo ocurrido con el sector de los judiciales federales. El Frente de Izquierda ha sido el más estable y previsible, pues se mantiene unido a pesar de las tensiones internas.

Tras la presentación oficial vendrán las polémicas por las pertenencias y allí jugará un papel clave la junta electoral y la Suprema Corte, donde el oficialismo tiene mayoría. A fin de mes ocurrirá el otro clímax político, con la definición de las candidaturas.

Efecto espejo
Los dos sectores que antes formaban el oficialismo comparten también la idea de diversidad para buscar gobernar. Nuevamente casi en espejo: radicales, peronistas, conservadores, independientes y ahora también ambos tienen su pata liberal. La diferencia es que en Cambia Mendoza se mantienen los partidos ligados al progresismo y la izquierda peronista, como Libres del Sur y el Partido Socialista. Convivirán allí con el sector de López Murphy y los empresarios que tienen su propia agrupación y buscan "modificar desde adentro" al Gobierno.

De Marchi sumó a los peronistas de Rodríguez Saá, a otros del mismo partido conducidos por Mauricio Guzmán y a un sector gremial liderados por el judicial Ariel Pringles. También tiene en ese grupo a los Libertarios, que no tienen potencia propia pero pueden vender la "Marca Milei", junto con el Partido Demócrata.

Los dos frentes apuntan al mismo electorado, aunque con potencialidades distintas. Cambia Mendoza tiene la "garantía" del conocimiento de Cornejo y, así, atrae el electorado conforme, que menos quiere arriesgar, sabiendo que en las elecciones ejecutivas el electorado es más conservador. El sector liderado por De Marchi coparte target, pero para quedarse con los "desencantados" que piensan parecido. El otro capital es la "pelea por la institucionalidad" y el equilibrio del poder; algo que estiman es poco sexi como eslogan, pero que tras 8 años de un mismo gobierno puede inquietar en Mendoza.

Las negociaciones fueron duras, miserables en algunos casos y hasta con sospechas para garantizar los "pases" o las fidelidades. Aunque no es la discusión que solucionará los problemas de Mendoza, sí es importante pues se trata de quienes buscan gobernar la provincia; incluso tiene algo de valor que haya sido "de cara a la gente" y con menos grado de oscuridad que en otras épocas.

Con ese panorama habrá menos atomización de votos en 2023, a diferencia de lo que ocurrió hace 2 años. En esas elecciones, la diversidad de opciones generó una dispersión de votos que terminó con una enorme concentración en la representación legislativa. Tanto, que se generó un oligopolio político con un andar cómodo para Cambia Mendoza. Con esas nuevas estructuras se especula conque haya más competitividad.

En el oficialismo festejan pequeños logros estratégicos que los beneficiarán indirectamente. Es lo que pasa con el aislamiento del Partido Verde, liderado públicamente por Mario Vadillo, pero que es conducido por Emanuel Fugazzotto. Es el único que logró representación en 2021 y a último momento decidieron no firmar con La Unión Mendocina, por lo que irán solos.


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