El primero de los encuentros fue encabezado por el secretario de Gobierno, Nahuel Arscone, quien recibió al representante del Ministerio Público Fiscal en el Sur, Mario Gabriele. También participaron responsables de Veterinaria y Zoonosis e Inspección General. Luego, el presidente del Concejo, Paulo Campi, mantuvo una reunión con la cúpula de la Policía de Mendoza y víctimas de cuatrerismo de caballos.
“Nos preocupa el robo de equinos y su posterior faenamiento, por lo que decidimos reunir a los distintos actores que pueden intervenir para atacar este problema. Desde el Municipio seguimos trabajando en lo que nos compete, como es garantizar la habilitación comercial de quienes venden carne y que esta proceda de establecimientos habilitados”, afirmó Arscone. El funcionario llamó a denunciar el robo o faenamiento para que la Justicia pueda intervenir de inmediato.
Cómo trabaja el Área de Veterinaria y Zoonosis
El jefe de Veterinaria y Zoonosis del Municipio, Andrés Velazco, detalló que “nosotros tenemos por objetivo controlar los comercios habilitados por la comuna para comercializar productos cárnicos. Allí verificamos que los mismos hayan sido faenados en establecimientos habilitados, caso contrario, procedemos a su decomiso”.
Velazco expresó que “todo aquel producto cárnico que sea comercializado en viviendas particulares o en la vía pública, no tiene la certificación de calidad de consumo por parte del Municipio”.
El funcionario añadió que “cuando existen dudas o podemos certificar la calidad del producto, enviamos una muestra para su análisis a la Universidad Nacional de Cuyo, donde se realiza la determinación de especie, es decir si es corte vacuno o equino. Hasta ahora, en los controles realizados, no hemos hallado carne de caballo. Si hemos detectado dicho producto en procedimientos realizados con Policía Rural, recientemente faenada”.
Por último el titular de Veterinaria del Municipio recordó que “la carne faenada de forma clandestina no cuenta con la aptitud de un médico veterinario, como ocurre en mataderos oficiales. Es decir, no se puede garantizar que el animal no tenga tuberculosis, triquinosis e hidatidosis, entre otras patologías que pueden ser transmitidas a los consumidores”.
