El sábado pasado en horas de la madrugada, los serenos informaron del deceso del último ejemplar de hipopótamo que habitaba en el Ecoparque de Mendoza.
El informe de necropsia indica que el animal de sexo hembra, presentaba una cardiopatía dilatada (corazón agrandado), hepatopatía y una marcada artrosis de articulación en la cadera, señales de un cuadro degenerativo propio del paso de los años, que finalmente generó disfunción pulmonar general derivando en neumonía.
Pasados largamente los 40 años, el animal vivió una vida serena. En el último mes había mostrado una disminución de apetito y se habían acentuado problemas de artrosis, por lo que era monitoreada día y noche para verificar si tomaba las medicaciones y cuánto alimento recibía.
Los cuidadores y veterinarios la acompañaron con tesón, para lograr que comiera y buscando de múltiples maneras para que el animal tomara los medicamentos.
También se monitoreaba el tiempo que pasaba en el agua y en la tierra durante la noche, enviando reportes a los veterinarios, para que estos puedan comprender mejor el comportamiento y la evolución. Sin embargo, estos ya advertían que era de esperar su partida natural por la avanzada edad del animal.
