Un informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) reveló que desde el 2010 al 2021, es decir en los últimos 11 años, en Mendoza se perdieron 5.219 hectáreas de viñedos, lo que representa una caída del 3,4% en el período. Mientras en el 2010 en la provincia había 154.215 hectáreas con uvas, ahora hay 148.996 hectáreas, registradas al 31 de diciembre de 2021.
El documento, publicado por el portal Ecocuyo, explica las razones del fenómeno, siempre según las fuentes del sector: la caída de rentabilidad de la actividad, la migración de productores hacia otros cultivos más redituables como chacras, pistachos y pastos. Y otros productores se desprendieron de sus fincas y, entusiasmados por el negocio inmobiliario, las vendieron para hacer countries o barrios.
Desde Acovi -Asociación Cooperativas Vitivinícolas- se indicó que “es verdaderamente preocupante la caída que se observa en la superficie total de vid en nuestra provincia, se registró una disminución de 2.397 hectáreas en el último año y 5.219 hectáreas menos que en 2010. Por su parte, los viñedos, disminuyeron en 148 respecto al año anterior y 1.190 en relación al 2010. Estos números impactan directamente en la continuidad de los productores”.
Destacaron que “se observaría una disminución de pequeños productores, ya que ellos son quienes tienen menos herramientas y capacidad de adaptabilidad ante la falta de competitividad”.
Por ello, analizaron que “es aquí donde debemos hacer hincapié en la importancia del sistema cooperativo como solución para los productores ante los panoramas más complejos. Estar integrado al mercado representa beneficios, como lo son la disminución de los costos, las compras conjuntas, la asistencia técnica, la mecanización de la cosecha, el financiamiento y garantías, entre otros”.
Otro dato brindado por el INV que generó preocupación en los productores fue que, respecto al año 2010 han disminuido los viñedos de menos de 10 ha. Esto quiere decir que cada vez hay más productores con mayor cantidad de hectáreas y por ende disminuyen los pequeños productores (caen más rápido los productores que las hectáreas) que tienen menos superficie cultivada y esto marca una inclinación a la concentración de la producción primaria. El cooperativismo se presenta como solución a esta problemática ya que busca romper este instinto con acciones de integración y fomentando la unión del productor al mercado.
