El "Almuerzo de las fuerzas vivas" (denominación castrense que subsiste de otras décadas desde el siglo pasado) en San Rafael ocurrido el lunes 24 por el día del departamento, fue el ámbito donde se reanimó la interna del peronismo local. Ya se ve la línea final hacia la definición de las nuevas autoridades del Partido Justicialista de Mendoza que hoy conduce la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti.
Fue evidente que los intendentes peronistas decidieron concentrar sus esfuerzos en ese espacio propio de Emir Félix, el jefe comunal sanrafaelino. Sus colegas le pusieron el cuerpo a la idea de mostrarse unidos como un bloque para definir el sector territorial de "peronismo de centro y de gestión" y que aceptan como un guiño el mote "perogansos" para diferenciarse del sector KC (kirchnerista y ciurquistas) que predomina en el partido y en los espacios legislativos, además de contar con las dos intendencias del Este, La Paz y Santa Rosa.
El tablero quedó de este modo expuesto y ya se dibuja el eje San Rafael-Maipú-Lavalle con sus respectivos jefes Félix, Matías Stevanato y Roberto Righi movilizando a ese sector para ponerse enfrente de Fernández Sagasti, Lucas Ilardo y Carlos Ciurca y comenzar las deliberaciones.
Dato que justifica este informe. El peronismo mendocino tiene que renovar autoridades partidarias y debe definir si lo hará por acuerdo o por elección interna. Tiene tiempo hasta el lunes 31. El sector de los intendentes de San Rafael, Maipú, Tunuyán y Lavalle se diferencian del kirchnerismo dominante en la interna. Comienza el reacomodamiento de piezas pensando en las elecciones de 2023 donde los jefes comunales del PJ ya tienen decidido desdoblar sus elecciones distritales, separarlas de las provinciales y nacionales, para conservar el dominio territorial.
Veamos, los intendentes proponen que sea Stevanato el próximo titular del PJ, la alianza KC impulsa a la intendenta santarrosina Flor Destéfanis para ese cargo. Hay un tercer sector más pequeño liderado por el funcionario nacional Guillermo Carmona, a esta altura ya se puede decir que es un antiguo seguidor del recordado Néstor Kirchner, quien sostiene su área reducida entre los sectores mayoritarios en pugna. Carmona asoma con la funcionaria y militante maipucina Fernanda Lacoste para conducir el partido.
El ambiente antiperonista, pero en especial antiK, emerge como una erupción en la piel de los votantes locales que, en su mayoría, opinan y muestran en las mediciones (insumo básico de la dirigencia política) el rechazo al gobierno nacional, al presidente y a la vicepresidenta. E inmediatamente extrapolan ese sentimiento negativo a los delegados de Alberto y Cristina en Mendoza. Cómo esquivar a esa consideración aparentemente ya instalada entre los decaídos sufragantes, es el desafío del peronismo.
