La Justicia condenó al Arzobispado de Mendoza a pagarle a una mujer un millón de pesos por el "daño moral" tras denunciar que el diácono con el que mantuvo una relación sentimental durante años era casado.
La mujer denunció en el Arzobispado a un miembro de orden clerical por los daños sufridos como consecuencia de haber mantenido un vínculo afectivo con él. En la denuncia sostuvo que durante los años que estuvo con el hombre nunca se enteró que era casado.
En estos casos, el Arzobispado debe iniciar una investigación de acuerdo a la legislación canónica, y si bien así lo hizo, la damnificada sostuvo que la misma presentó algunas anomalías que la hicieron sentir amenazada e intimidada.
En uno de los ejemplos de estas presuntas intimidaciones y hechos violentos, la mujer aseguró que tras la denuncia, uno de los testigos que presentó fue "visitado" en su domicilio por dos sacerdotes, sin razones aparentes.
Asimismo, algunas notificaciones sobre la investigación le llegaban a su domicilio y no al de su abogado, como debía ocurrir. Tal es así que no concurrió a una citación del Arzobispado por sentir miedo.
Por otro lado y a siete meses de la denuncia, mandó varios mails al Arzobispado para conocer cómo seguía la investigación, ya que no había sido notificada. Allí le informaron que el diácono denunciado la había demandado a ella y en el mismo hecho el hombre solicitó retirarse durante un año.
Sin saber cómo seguía la investigación, acudió a la Justicia y demandó al Arzobispado por daño moral.
El Tribunal de Gestión Asociado concluyó que la mujer fue víctima de "angustia, impotencia e injusticia" al no ser puesta al tanto de la investigación que comenzó a raíz de su denuncia y que "ese sentimiento de injusticia ha afectado su equilibrio y paz interior", lo que genera la existencia de daño moral.
Por estas razones, el Arzobispado fue condenado a pagarle un millón de pesos más los intereses que llegan a 300 mil pesos.
