El triunfo de Javier Milei abre para la política mendocina un camino de incertidumbre que, para algunos, deberá resolverse en el corto plazo. Particularmente para Alfredo Cornejo, que el 9 de diciembre asume como gobernador, un día antes de que Milei sea presidente. Cinturón ajustado; en todo el sentido de la frase: por el vértigo de lo inexplorado y por las medidas que, al menos en la previa, el propio presidente electo dijo que iba a ejecutar.
Con más pragmatismo que ideología, en el entorno de Cornejo ya construyen puentes, sabiendo que parte de la base de ser un gobernador opositor. La relación que buscarán abonar es con un contacto directo entre el Gobernador electo y Guillermo Francos, uno de los principales asesores de Milei y que será nombrado ministro del Interior. La relación entre Cornejo y Francos es de larga data y el rol que tendrá es clave: el vínculo con las provincias. Dentro de lo inquietante que resulta el extraño mundo Milei, desde el radicalismo local aseguran que Francos es "sensato, sólido y dialoguista".
Para el futuro gobierno es "un buen dato" en un contexto negativo, pues Milei tiene otros planes políticos en Mendoza y también con las provincias. Aunque es políticamente inviable, en sus "reformas de tercera generación" piensa en la eliminación de la coparticipación.
La otra puerta de entrada es Patricia Bullrich y el sector duro del Pro que se "jugó todo" por Milei. Aunque Cornejo no se sumó a esa ola y sostuvo la postura neutra de la mayoría de los radiales, la lealtad del gobernador electo con la derrotada candidata a presidenta de Juntos por el Cambio puede haber dejado una semilla sembrada. El mendocino que quedó bien parado luego de los vaivenes es Luis Petri, que se cortó solo como radical al apoyar al presidente electo.
El impacto tardará en medirse. La UCR recalcula. El peronismo local queda huérfano nuevamente y con todos sus problemas expuestos. Solo los intendentes sostienen su poder territorial, pero sin nadie que los aglutine. La rareza es el PD: el huracán Milei los posiciona, aunque pueden sufrir el efecto anabólico. Hace dos años no lograron superar los 5 puntos. Hoy Milei ganó el balotaje con el 74% en Mendoza.
Lo que asusta y lo que entusiasma
El "optimismo" que sugirió Cornejo al saber del triunfo de Milei tiene mucho más de resiliencia que de situación esperada. El gobernador electo consideraba al libertario como peligroso desconocido. Ahora es el cambio elegido por la gente y, así, cambio al fin; como proponía la resquebrajada alianza de la que es parte Cornejo.
Entre las improntas que pueden entusiasmar en el Gobierno local está la idea de "equilibrio fiscal", aunque no está claro a qué velocidad, costo y con qué métodos. También el "final del populismo", o al menos el populismo liderado por el peronismo.
Entre los temas que asustan, y mucho, está la administración de los recursos federales. Es decir el dinero que la Nación recauda en nombre de todos y debe distribuir. El 60% de los recursos corrientes de Mendoza dependen de esas transferencias. La quita de subsidios, preanunciada varias veces, podría afectar duramente, pero menos que en el AMBA.
Otra incógnita es cómo hará Milei para formar Gobierno. Allí el "asesoramiento" del Pro y el sector más reaccionario de la UCR podría ser relevante. La política social, de salud, educación y de derechos humanos inquieta. Pero también pone al propio radicalismo local en una situación distinta, pues el país se corre a la extrema derecha.
Hace algunos meses en el entorno de Cornejo trazaban escenarios. En broma hablaban de "la asamblea legislativa", en el caso de que ganara Milei. Buscan despejar ese planteo dramático, pero sí reconocen que vienen tiempos difíciles.
