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El discurso completo de Alfredo Cornejo tras asumir su segundo mandato como gobernador de Mendoza
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El discurso completo de Alfredo Cornejo tras asumir su segundo mandato como gobernador de Mendoza

Alfredo Cornejo asumió como nuevo gobernador de Mendoza y, frente a la Asamblea Legislativa, dio sus primeras palabras luego de jurar el cargo.

El discurso completo de Alfredo Cornejo como nuevo gobernador de Mendoza

"Señora Vicegobernadora, señor Presidente de la Cámara de Diputados, señores senadores y diputados de la Provincia, señores ex gobernadores y vice de la Provincia de Mendoza, autoridades del Poder Judicial, legisladores nacionales, intendentes, miembros del cuerpo consular, invitados especiales, queridas mendocinas y mendocinos, tengan todos buenos días.

Me siento agradecido y honrado al asumir como undécimo gobernador de la Provincia de Mendoza desde la recuperación definitiva de la democracia, hace exactamente 40 años.

Una democracia que ha sido la gran plataforma para la recuperación de derechos y garantías legítimas e inalienables por parte de la ciudadanía pero que, aun siendo una fuente de oportunidades para la realización y el progreso humano, hasta el presente no ha conseguido encontrar dirigencias con las habilidades para afrontar eficazmente los problemas que impiden el desarrollo equitativo, cosa que queda dolorosamente demostrada con el crecimiento de la pobreza y con el achicamiento y la demora en la consolidación del bienestar de las clases medias.

Afortunadamente, esta misma democracia a través del voto ciudadano vuelve a abrir una ventana para iniciar una nueva etapa, a partir de la voluntad de una mayoría amplia que se ha expresado a nivel nacional, demandando un cambio de rumbo diametral, ya sea por convicción, frustración o hartazgo frente al país que hoy tenemos.

Muchas de las “ideas de llegada” que le han dado fuerza a esa disposición al cambio, tienen afinidad con lo que se viene llevando adelante en Mendoza desde hace algunos años como, por ejemplo, la búsqueda de una economía más diversa y abierta al mundo; la arquitectura de un Estado austero, que sea sostenible para los contribuyentes y que preste servicios de calidad; la existencia de una administración ordenada con equilibrio fiscal y el mantenimiento de un programa criterioso de reducción de impuestos distorsivos para dinamizar la creación de riqueza a través de la actividad privada.

De manera que considero natural que aquí ese apoyo haya sido tan contundente porque, como he dicho reiteradamente respaldado por los datos, cuando la macroeconomía se ordena, Mendoza crece por encima de la media nacional por las características propias de su estructura productiva. Con el modelo económico que por estas horas termina en Argentina, Mendoza ha estado atada de pies y manos.

Pero más allá de la esperanza que genera todo proceso que comienza, no se puede soslayar el desastroso punto de partida en que se encuentra la Argentina, ni se puede andar con eufemismos por la complejidad del escenario que se avecina.

Vienen tiempos donde la economía nacional tendrá pronóstico reservado, en medio de un contexto de dificultades y desafíos profundos que repercutirá en el día a día de las personas, de las empresas y también en la marcha de las administraciones públicas. Cualquier programa de estabilización serio conllevará enormes esfuerzos porque vivimos en un país que está técnicamente colapsado.

Por eso, como primer acto al frente del Ejecutivo provincial, quiero hacer una convocatoria amplia a la sensatez, al encuentro a través del diálogo y a la creación de consensos, que ponga al bien común por encima de los intereses sectoriales. Estamos a tiempo de encontrarnos una vez más en la voluntad de cuidar a Mendoza apoyándonos en la institucionalidad que siempre nos ha caracterizado.

La ejemplaridad siempre es un buen punto de partida, consecuentemente quiero destacar y agradecer a esta legislatura la aprobación del presupuesto para el año que viene.

Como he hecho siempre, vengo a gobernar para todos los mendocinos sin diferencias. La mirada de quienes circunstancialmente piensan distinto también deberá encontrar una respuesta, esa es parte de mi responsabilidad y la de quienes me acompañarán en la gestión.

Para conseguir buenos resultados, una economía que apuesta al crecimiento a través de la inversión, requiere de estabilidad en las reglas de juego y certidumbre sobre la evolución de las condiciones estructurales de la economía. Para eso, es indispensable establecer equilibrios en el funcionamiento del sistema que garantice el federalismo y mejore las expectativas de las economías regionales, y esa también es parte de la tarea política que me propongo junto a un nutrido grupo de gobernadores.

Desde ya quiero expresar la mejor predisposición colaborativa de mi gobierno provincial, para que la ejecución de ese mandato de cambio que ha recibido el nuevo presidente electo se produzca dentro de un marco de gobernabilidad y entendimiento multisectorial porque, como está dicho, si a la nación le va bien a Mendoza le irá mejor aún. No es una expresión azarosa. Tenemos un sector pyme con capacidades competitivas extraordinarias de manera que, si por fin la nación no les pone el pie encima con burocracias, impuestos y regulaciones tóxicas, las empresas mendocinas van a tener un vigoroso crecimiento y eso es una de las claves centrales para conseguir progreso colectivo.

Es justo reconocer que en estos años la provincia ha avanzado mucho en la recuperación de la mirada estratégica de su Estado, sin desconocer al mismo tiempo que queda mucho por hacer.

Para adelante, nuestra intención es darle un fuerte impulso al crecimiento de Mendoza, paso a paso. Necesitamos ir creando círculos virtuosos entre producción y empleo que multipliquen la cantidad de empresas y mejoren el nivel de los salarios. En consecuencia, dentro de las competencias provinciales, vamos a facilitar todo lo que sea posible para que el sector privado invierta y se desarrolle.

Simultáneamente, vamos a concentrarnos con rigurosidad en resolver cada bolsón improductivo que vayamos detectando para hacer un Estado más moderno, eficaz, simplificado y ágil para la ciudadanía.

Necesitamos seguir mejorando la competitividad de nuestra economía. La matriz mendocina está en una transición desde la producción de bienes hacia los servicios.

Venimos creciendo con tasas altas en materia de industrias creativas y culturales; en servicios basados en el conocimiento, en turismo y en gastronomía, que por estos días ha mostrado su enorme valor cualitativo y ha hecho una importante contribución a la marca Mendoza.

También venimos trabajando codo a codo con la actividad agroindustrial para aumentar el perfil exportador de la Provincia. Vamos a seguir ocupándonos minuciosamente de la internacionalización de la provincia, en base a un modelo de integración estratégica del tipo “región-región”, para integrar a las industrias y a los productores de la Provincia en las cadenas de valor globales apostando a la competitividad, la especialización y la incorporación de tecnología.

Por su parte, hemos dado los primeros pasos firmes en materia minera dentro del marco de la ley vigente; pasos que irán repercutiendo positivamente en las cadenas de valor de nuestras pymes industriales.

Aun dentro del marco de restricciones que tenemos se puede hacer mucho más, fundamentalmente con el cobre, que es un material indispensable para poder completar la transición energética. Mendoza tiene una gran oportunidad frente al desafío crucial de la humanidad de migrar hacia energías más limpias.

En materia petrolera, también hemos avanzado y queda mucho para hacer. Necesitamos buscar las empresas adecuadas, caso por caso, para poder maximizar la producción, ya que la mayoría de nuestros yacimientos constituyen áreas maduras y de menor productividad. Asimismo, debemos seguir trabajando junto a YPF para continuar desarrollando la explotación terciaria y avanzar con el desarrollo de la lengua norte de la formación Vaca Muerta.

Con todo, me propongo ir hacia un programa de especialización inteligente de la economía que incentive a los sectores que más traccionan en sus encadenamientos de valor, para acelerar la generación de empleo de calidad en el sector privado, que es donde se construye riqueza genuina.

Para ello necesitamos enfocarnos en la creación de capital humano, energía, infraestructura digital y, principalmente, en los desafíos que frente a la escasez nos plantea la agenda del agua.

Casi la totalidad de lo que producimos depende del agua. En otras palabras, cualquier mirada sobre el desarrollo presente y futuro de nuestra región está directamente vinculado al sostenimiento del recurso hídrico, y esto hace directamente a las oportunidades de progreso de las mendocinas y los mendocinos.

Quiero que mi gobierno sea recordado por su contribución a las infraestructuras hídricas. Para eso contaremos con 1.023 millones de dólares que la Nación adeudaba a Mendoza y que hoy la Provincia dispone gracias a los acuerdos logrados durante mi anterior gestión. Tengan por seguro que viene una verdadera revolución del agua y la energía. Son 1.023 millones que vamos a usar para crear riqueza, proveyendo los recursos esenciales para producir alimentos y bebidas, que es una de las cosas que mejor sabemos hacer y que el mundo necesita.

Debemos seguir trabajando en los proyectos hidroeléctricos. Son fundamentales para producir energía limpia, para almacenar agua y morigerar los efectos del cambio climático amortiguando los ciclos hídricos, destacando que además son emprendimientos que mueven importantes cadenas de valor que impactan en la generación de empleo.

Mendoza ha hecho bien su trabajo, ha sabido construir y cuidar el orden de sus finanzas y como a lo largo de estos años no ha recibido más que gestos discriminatorios de parte de la nación, mientras otras provincias de color afín al gobierno de turno eran privilegiadas con transferencias discrecionales extraordinarias, no nos sentimos abrumados ante los anuncios de ajuste del gasto. Mendoza no sólo NO va a detener su inversión en obra pública, sino por el contrario la va a incrementar. Ahora es cuando se va a poder apreciar qué provincia hizo bien las cosas y cuáles han vivido del favor político ajeno.

Cuando hablamos del crecimiento del capital humano, la raíz está en el combate a la pobreza y las desigualdades de origen, por lo tanto, en las oportunidades que brinda el acceso a la educación, al empleo, a la salud y a un hábitat que cuide los entornos ambientales.

La educación es el gran ordenador de todas las aristas culturales de una sociedad. Y los cambios en materia educativa no se producen de un día para el otro. Por eso es esencial sostener un plan serio a lo largo del tiempo, tal como hemos venido haciendo desde hace 8 años.

Por caso, ahora estamos viendo como el GEM y el plan de alfabetización empiezan a rendir sus frutos. Lo importante entonces es ir gestionando e invirtiendo bien, con el objetivo primordial de que los chicos incorporen los conocimientos esenciales para que la trayectoria educativa permita escalar, luego con una secundaria que vaya integrando saberes que conecten a los estudiantes con el cambiante mundo laboral.

Pero para que el horizonte mejore definitivamente, la madre de las inversiones está en la estimulación temprana y el desarrollo de la primera infancia. En consecuencia, nos vamos a dar una estrategia específica que permita aumentar la inversión en espacios de cuidado y estimulación.

Asimismo, estaremos abocados a dotar de internet pedagógico al 100% de las escuelas de Mendoza, para que esté en pleno funcionamiento durante 2024 con todos los elementos necesarios. Y, naturalmente, vamos a trabajar con énfasis en la jerarquización de la tarea docente, mejorando las condiciones en todo lo que esté a nuestro alcance para que Mendoza siga transitando un camino de evolución educativa constante.

Como saben, la salud atraviesa una situación crítica en todas partes, con problemas estructurales que vienen desde hace décadas, pero que se han agravado vertiginosamente por la actual crisis económica, produciendo una enorme dificultad a la hora de tener que proveernos de insumos, una gran diáspora de profesionales que se van del país y médicos que se ven obligados a cobrar coseguros. Todos síntomas de un sistema que está enfermo en el país.

En todos estos años hemos avanzado mucho en la recuperación de la infraestructura y el equipamiento que hacia finales de 2015 estaban literalmente abandonados. Ahí están en pie los edificios y los recursos que le permitieron a Mendoza, junto con la labor de nuestros excelentes profesionales, destacarse en la respuesta frente a la pandemia.

En esta nueva etapa me propongo articular un trabajo más inteligente desde el gobierno, junto con OSEP, las obras sociales y el sector privado.

Pero, además, queremos llevar adelante una serie de reformas estructurales del sistema de salud. Reformas que permitirán darles mejores servicios a los ciudadanos, entre ellas, modernizar las formas de contratación y pago a nuestros profesionales, porque queremos mejorarles sus condiciones y que nos ayuden a revertir esta crisis profunda que está atravesando la Argentina.

La transformación digital del sistema de salud va a permitirnos simplificarles la vida a las familias y acercarles más servicios, pero además nos va a ayudar a cobrarle mejor a las obras sociales para reinvertir esos recursos en el sistema.

Como es norma para mi equipo, trabajaremos fuertemente en la eficiencia del gasto y en la transparencia de los procesos.

Asimismo, tenemos que hacer foco en la nueva pandemia que atravesamos post COVID: la salud mental y los consumos problemáticos, fortaleciendo la red de servicios de esta área. El deporte y los hábitos de vida saludable deben jugar un rol fundamental en este abordaje, por lo que van a ser disciplinas en las que vamos a trabajar intensamente.

Quiero mencionar que la calidad del transporte público y la construcción de viviendas también van a estar en el esquema de prioridades de la gestión que iniciamos, tal como lo anuncié a lo largo de la campaña porque, como nos caracteriza, venimos a hacer lo que hemos tomado como compromiso previo.

La centralidad de la economía y el desarrollo humano es casi todo. Pero no es todo. Si no hay tranquilidad pública no hay nada. Voy a poner todo mi empeño para que Mendoza dé nuevos pasos significativos en materia de seguridad.

Ustedes saben que voy a fondo con los temas. Para muestra basta recordar que en mi gestión anterior le dimos duro a los delincuentes y conseguimos que en Mendoza se terminara con “la puerta giratoria”. Ahora vamos a ir por más.

Este es un mensaje de aliento para la gente de buena fe, pero también es una advertencia firme para los delincuentes. Vamos a ir por ustedes cada vez con más fuerza. Y saben que lo hago, por eso hay más presos.

Para eso, además de seguir dotando de tecnologías y entrenamiento a nuestra policía y avanzar sobre las nuevas modalidades de delitos con ingeniería de punta, vamos a continuar haciendo reformas profundas en materia del servicio de Justicia.

Vamos a instalar inhibidores de señal telefónica en lugares de detención originada por delitos violentos y crimen organizado y vamos a coordinar con inteligencia artificial todas las cámaras de seguridad existentes.

También vamos a aumentar la cantidad de efectivos, siguiendo un plan razonable que no afecte la calidad en la selección de los aspirantes ni la excelencia de su formación.

Quiero hablarles a los buenos maestros, policías, médicos y enfermeros, que son la mayoría. Sepan que venimos a estar de su lado, apoyándolos y cuidándolos con el mejor esfuerzo posible que esté a nuestro alcance porque queremos que Mendoza preste cada vez mejores servicios.

Queremos que nuestros buenos servidores públicos ganen respeto. La presión sobre los servicios sustantivos del Estado viene creciendo producto del desbarranque social y esa inercia va a continuar por un buen tiempo. Por eso necesitamos estar más juntos que nunca para darle respuestas eficaces a la ciudadanía. Ese es el principal deber de todo trabajador público.

Para terminar, quiero decirles que la realidad pura y dura trae consigo una verdad irrefutable: no se pueden hacer pronósticos precisos con una economía nacional en constante turbulencia. Pero sí se puede tomar compromiso con un rumbo y marchar a paso firme. Por eso, me comprometo a trabajar, trabajar, y trabajar para que el programa que les he expuesto sea viable.

Trabajar, trabajar y trabajar como hacen todos los mendocinos que se esfuerzan desde el primer sol y que sostienen esa cultura perseverante, tan expresiva de nuestra identidad, que explica el triunfo de la vida en medio del desierto.

Esta nueva etapa que comienza hoy no es la mera continuidad de la anterior, sino la evolución de una vocación, de un método de trabajo que ha sabido ordenar y cuidar a la provincia, y que ahora se propone con más ambición, de mediar las circunstancias macroeconómicas favorables, dar un salto cualitativo que le permita liberar todo su potencial para que la iniciativa privada, sobre todo canalizada a través de los jóvenes, convierta a Mendoza en una auténtica tierra de oportunidades para el desarrollo ambiental, cultural, económico y social, confirmando una vez más que aquí está uno de los mejores lugares de la Argentina para invertir y vivir.

Muchas gracias".



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